viernes, 17 de diciembre de 2010

Nacionalismos.

Foto: Vitoria (Alava) España

Lo malo del nacionalismo –una de las cosas malas, porque tiene muchas- es que convierte la entrañable y melancólica afición a la tierra natal en coartada de un proyecto institucional que no sabe justificarse de otro modo. Quiere degradar una forma de amor a documento nacional de identidad. Aún peor: la mirada nacionalista no acepta la tierra natal tal como es, en su limitación y su impureza reales, sino que exige su refrendo a partir de un ideal pasado o futuro que extirpe de ella cuanto no se adecue al plan preconcebido. El nacionalista no ve ni ama lo que hay, sino que calcula lo que le sobra o lo que le falta a lo efectivamente existente. En tal exigencia reivindicativa se desvanece la tierra natal, armonía sin condiciones, y nace la patria, siempre amenazada y oprimida. Aparecen sobre todo los enemigos de la patria, porque sin enemigos el patriota no se entiende a sí mismo. Extraido de “Despierta y lee” de Fernando Savater. Editorial Anagrama.

2 comentarios:

  1. Coincido plenamente en la descripcion de esta lacra que nos toca tan de cerca, añadiria si cabe, que el nacionalismo es la coartada perfecta para chantajear a gobiernos debiles con el unico y esclusivo fin de obtener beneficios economicos que despues todos sabemos en que bolsillo terminan.
    un saludo.

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  2. Hermosa foto, como hermosa tierra y eso que solo he estado en Mundaka pero me encantó. Así que en mi agenda está volver.

    Saludos,

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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
Te doy las gracias por opinar y participar. Saludos.