lunes, 25 de abril de 2022
viernes, 22 de abril de 2022
La literatura se escribe callando no menos que contando, más allá de lo que vemos y escuchamos y de lo que descubrimos en momentos singulares de lucidez o perspicacia hay cosas que no sabremos nunca, espacios en blanco a los que no llegan el conocimiento ni el recuerdo y que sería fútil rellenar con ficción. Antonio Muñoz Molina. El País 8/12/2012
jueves, 21 de abril de 2022
"En el arte por muy literario o especulativo que sea, ha de haber una parte de tarea material, de esfuerzo físico y trabajo de las manos. Emily Dickinson hacía copias en limpio de sus poemas, los cosía en cuadernillos, les pegaba hojas de árboles, doblaba con delicadeza las hojas manuscritas guardando a veces entre ellas una flor prensada que con frecuencia tenía que ver con el poema." "Un andar solitario entre la gente" de Antonio Muñoz Molina.
miércoles, 20 de abril de 2022
martes, 19 de abril de 2022
Un texto leído y recordado se vuelve, en esa relectura redentora, como aquel lago helado en el poema que aprendí de memoria hace ya mucho tiempo, sólido como la tierra firme, capaz de sostener al lector mientras lo cruza aunque su existencia sólo tenga lugar en la mente, una existencia precaria y efímera como si sus palabras estuvieran escritas en agua. Alberto Manguel, fragmento de “Una historia de la lectura”.
lunes, 18 de abril de 2022
Tal vez por eso no me siento cómodo en una biblioteca virtual: no se puede poseer verdaderamente a un fantasma (aunque el fantasma si puede poseerlo a uno). Yo anhelo la materialidad de las cosas verbales, la presencia sólida del libro, su forma, su tamaño, su textura. Entiendo la conveniencia de los libros inmateriales y la importancia que tienen en una sociedad del siglo XXI, pero para mí poseen la cualidad de las relaciones platónicas. Tal vez por eso siento tan profundamente la pérdida de aquellos libros que mis manos conocían tan bien. Soy como Tomás, que quiere tocar para creer. Alberto Manguel, fragmento de “Mientras embalo mi biblioteca”.
viernes, 15 de abril de 2022
Lo que Agustín sugiere (en la imaginación de Petrarca) es una nueva manera de leer, que no consiste en usar el libro como un apoyo para el pensamiento, no de confiar en él como se confía en la autoridad de un sabio, sino en extraer de él una idea, una frase, una imagen, enlazándola con otra tomada de un texto distinto guardado en la memoria, uniendo el todo con reflexiones propias, para producir, de esa manera, un nuevo texto cuyo autor es el lector. Alberto Manguel, fragmento de “Una historia de la lectura”.
jueves, 14 de abril de 2022
miércoles, 13 de abril de 2022
Pero la generosidad de mis libros permanece siempre, como parte de su esencia, y, cuando los saqué de sus cajas, después de haberlos condenado a un silencio tan prolongado, siguieron siendo amables conmigo. Alberto Manguel, fragmento de “Una historia de la lectura”. Foto: Librería Intempestivos en Segovia.
martes, 12 de abril de 2022
lunes, 11 de abril de 2022
Pienso que hasta cierto punto, es así con cada uno de los libros que nos gustan. Creemos que nos acercamos a él desde una vaga distancia, vemos cómo prescinde de su cubierta protectora, observamos cómo se desarrolla su argumento sentado entre el público y olvidamos hasta qué punto la supervivencia de los personajes, la vida misma de la historia, depende de nuestra presencia como lectores, de nuestra curiosidad, de nuestro deseo de recordar un detalle o sorprendernos de una ausencia, como si nuestra capacidad de amar hubiera creado, de una maraña de palabras, la persona del amado. Alberto Manguel, fragmento de “Diarios de lecturas”.
viernes, 8 de abril de 2022
El acto de leer establece una relación íntima y física en la que participan todos los sentidos: los ojos que extraen las palabras de la página, los oídos que se hacen eco de los sonidos leídos, la nariz que aspira el aroma familiar del papel, el pegamento, la tinta, el cartón o el cuero, el tacto que acaricia la aspereza o la suavidad de la página, la flexibilidad o dureza de la encuadernación; incluso el gusto en ocasiones, cuando el lector se lleva los dedos a la lengua. Alberto Manguel, fragmento de "Una historia de la lectura".
jueves, 7 de abril de 2022
“En general”, escribió Kafka en 1904 a su amigo Oskar Pollak, “creo que sólo debemos leer libros que muerdan y arañen. Si el libro que estamos leyendo no nos despierta como un golpe en el cráneo, ¿para qué molestarnos en leerlos? ¿Para que nos hagan felices como dices tú? Cielo santo, seríamos igual de felices si no tuviéramos ningún libro. Los libros que nos hacen felices también podríamos escribirlos nosotros mismos si no nos quedara otro remedio. Lo que necesitamos son libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentirnos desterrados a los bosques más lejanos, lejos de toda presencia humana, como un suicidio. Un libro debe de ser el hacha que quiebra el mar helado dentro de nosotros. Eso es lo que creo”.
miércoles, 6 de abril de 2022
martes, 5 de abril de 2022
Desde siempre, el poder del lector ha suscitado toda clase de temores: temor al arte mágico de resucitar en la página un mensaje del pasado; temor al espacio secreto creado entre el lector y su libro, y de los pensamientos allí engendrados. Alberto Manguel, fragmento de "Una historia de la lectura".
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