La batalla de Trafalgar tuvo lugar el 21 de octubre del año 1805 a la altura de cabo Trafalgar (Cádiz), enfrentándose la flota británica, comandada por el almirante Horacio Nelson, contra una flota combinada franco-española bajo el mando del almirante Vileneuve. Fue la última gran acción de guerra en el mar de este periodo, perdiéndose 5.000 vidas y 15 buques (esto último principalmente a causa del temporal del SW que se desató sobre los maltrechos buques al día siguiente) y sus consecuencias se prolongaron mucho más allá de las guerras napoleónicas.
La victoria sobre el combinado franco-español permitió a Inglaterra tener la supremacía naval en los siguientes 100 años.
Napoleón no consiguió volver a tener una escuadra capaz de asegurar un desembarco en Inglaterra, y su objetivo jamás se realizaría.
España no perdió su armada aquí, sólo perdió 10 navíos que quedaron contrarrestados con los 6 navíos que se capturó a Francia en el inicio de la guerra de la Independencia. Pero para poder dotar a todos los barcos que participaron en el combate se tuvieron que utilizar los fondos de amortización, un tanto sobre las fincas pertenecientes a la iglesia concedido al Rey por el Papa, un empréstito de cien millones de reales en acciones (transmisibles por endoso), y el producto de algunas contribuciones nuevas. Además no se recibían caudales de América por el cerco inglés. Sin dinero se empezó a desguazar barcos para poder equipar a otros, e incluso para leña.
En 1805 España tiene 41 navíos de guerra, en 1811 tiene 26 navíos de guerra, en 1820 se tiene 17, y en 1835 sólo 3 navíos para poder asegurar las costas españolas y la de las colonias que empezaban a independizarse.
La victoria sobre el combinado franco-español permitió a Inglaterra tener la supremacía naval en los siguientes 100 años.
Napoleón no consiguió volver a tener una escuadra capaz de asegurar un desembarco en Inglaterra, y su objetivo jamás se realizaría.
España no perdió su armada aquí, sólo perdió 10 navíos que quedaron contrarrestados con los 6 navíos que se capturó a Francia en el inicio de la guerra de la Independencia. Pero para poder dotar a todos los barcos que participaron en el combate se tuvieron que utilizar los fondos de amortización, un tanto sobre las fincas pertenecientes a la iglesia concedido al Rey por el Papa, un empréstito de cien millones de reales en acciones (transmisibles por endoso), y el producto de algunas contribuciones nuevas. Además no se recibían caudales de América por el cerco inglés. Sin dinero se empezó a desguazar barcos para poder equipar a otros, e incluso para leña.
En 1805 España tiene 41 navíos de guerra, en 1811 tiene 26 navíos de guerra, en 1820 se tiene 17, y en 1835 sólo 3 navíos para poder asegurar las costas españolas y la de las colonias que empezaban a independizarse.