sábado, 31 de octubre de 2020

Rebecca Solnit “Un paraíso en el infierno”. Editorial Capitán Swing.


“La perspectiva cambia, cambia lo relevante, lo débil se rompe bajo una presión inédita, lo que era fuerte resiste, lo que estaba escondido se hace visible. El cambio  es inevitable: nos arrolla y arrastra consigo. Cambiamos también nosotros, que ordenamos prioridades y una conciencia más acuciante de la propia mortalidad hace que abramos los ojos al preciado valor de la vida”. Es en momentos así cuando observamos con renovada lucidez los sistemas –políticos, económicos, sociales, ecológicos– en los que estamos insertos y cómo se transforman a nuestro alrededor: vemos lo que es vigoroso, lo que es débil, los elementos corruptos, lo que importa y lo que no. Entre todas las incertidumbres que nos depara el futuro, habrá batallas que merezca la pena luchar, e incluso podremos ganar algunas de ellas. Habrá que superar el peligro de creer que todo iba bien antes del desastre y que debemos regresar a ese estado. Antes de la pandemia, la vida de muchos seres humanos era ya un desastre de desesperación y marginalidad, una catástrofe ambiental y climática, una obscenidad de desigualdades. Aún es pronto para saber qué emergerá de esta emergencia, pero no para buscar oportunidades de contribuir a lo que sea que nos depare. Ese es el desafío para el que debemos prepararnos”. 

Rebecca Solnit  “Un paraíso en el infierno”.

martes, 27 de octubre de 2020

Todos los árboles escriben su propio diario.


 

Todos los árboles escriben su propio diario. En la madera de los troncos podemos leer el paso del tiempo –nos referimos al humano, al que mide en días y meses- por ellos. Cada año el crecimiento, que por supuesto no solo es hacia arriba sino también en el sentido horizontal, se detiene durante unas semanas. Esto deja una marca en el seno de la madera en forma de redondel más oscuro. Si las condiciones son buenas, sobre todo por haber contado con suficiente humedad en el suelo, el árbol crecerá dejando un círculo mucho más claro y grueso. Cuando la sequía se traduce en escasez el árbol crece poco y esas líneas oscuras quedan muy cerca unas de otras. La dendrología estudia los avatares de la historia de cada árbol del que, sobre todo, podemos llegar a saber cuándo nació y cuántos años ha vivido. “Los árboles te enseñan a ver el bosque” Joaquín Araújo. Editorial Crítica.