Todos los árboles escriben su propio diario. En la madera de los troncos podemos leer el paso del tiempo –nos referimos al humano, al que mide en días y meses- por ellos. Cada año el crecimiento, que por supuesto no solo es hacia arriba sino también en el sentido horizontal, se detiene durante unas semanas. Esto deja una marca en el seno de la madera en forma de redondel más oscuro. Si las condiciones son buenas, sobre todo por haber contado con suficiente humedad en el suelo, el árbol crecerá dejando un círculo mucho más claro y grueso. Cuando la sequía se traduce en escasez el árbol crece poco y esas líneas oscuras quedan muy cerca unas de otras. La dendrología estudia los avatares de la historia de cada árbol del que, sobre todo, podemos llegar a saber cuándo nació y cuántos años ha vivido. “Los árboles te enseñan a ver el bosque” Joaquín Araújo. Editorial Crítica.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
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