Aunque cada vez detesto más publicar en este blog asuntos relacionado con los políticos hay veces que no está de más, aunque se me revuelvan las tripas, dar a conocer el uso que “algunos” –me temo que cada vez son más- hacen de nuestro dinero. Para endulzar muestro unas fotos de carnaval, que como ocurre muchas otras veces poco tienen que ver con el tema, o tal vez si.
Información publicada por el periódico EL MUNDO el 9 de marzo de 2011.
La eurodiputada británica Nikki Sinclaire se ha convertido en el 'topo' que ha desvelado las malas prácticas de sus compañeros en el Parlamento Europeo para cobrar las dietas y no trabajar.
Sinclaire fotografió a sus compañeros fichando y marchándose en avión para denunciar la "extendida" costumbre de decenas de Eurodiputados que los viernes acuden al Parlamento, fichan y así cobran los 305 euros de dietas, aunque seguidamente se van al aeropuerto para volver a sus respectivas casas, informa María Ramírez.
Entre los fotografiados están el tory Robert Sturdy, el laborista Peter Skinner, el socialista polaco Adam Gierek, “la popular” Jolanta Hibner, o la socialista española Eider Gardiazabal.
"Es una vergüenza. Los viernes, cuando el Parlamento está prácticamente cerrado, los diputados fichan y luego se dirigen directamente a la salida", afirma Sinclaire.
Según explica Sinclaire, las reglas son muy claras: un diputado puede reclamar sus dietas cuando asistan a reuniones oficiales de los órganos parlamentarios. Sin embargo, no hay reuniones en Estrasburgo el viernes, y mucho menos un viernes a las siete de la mañana. Hora a la que fichan la mayoría.
Ya en el año 2005 el diputado austriaco Hans Peter Martin destapó este tipo de prácticas, cuando mostró como los eurodiputados fichaban a horas irregulares y pidió que se modificara la norma.
Sinclaire asegura que, en ningún caso, se trata de un hábito exclusivo de un partido. "Está muy extendido en todo el espectro ideológico y nacional", explica la parlamentaria.
Aparte de los gastos de viaje y sus sueldos mensuales, los eurodiputados cobran 304 euros por día trabajado, que debe cubrir los gastos de hotel y comidas.
Los sueldos de los eurodiputados de a pie son de 6.200 euros mensuales netos, aparte de las dietas, los gastos de viaje, y 4.300 euros para gestionar sus despachos, a lo que hay que sumarle un extra de 1.500 euros que acaba de aprobar el Parlamento.
Que fuerte, de verdad, este tipo de escándolos no por frecuentes, dejan de disgustarme y hacerme perder la fe en la clase política donde pocos se salvan. Me alegra conocer noticias como éstas gracias a eurodiputadas como Sinclair y a blogs como el tuyo para poder actuar en consecuencia.
ResponderEliminarBesos y buen día, ¡ah! y muchas gracias por tu bonito comentario
vergonzoso.......
ResponderEliminarsalu2
A mí lo que más gracia me hace es que siempre te dicen que tienen que tener sueldos altos para poder dedicarse de lleno a su labor como políticos y así evitar tentaciones. Pero después resulta que no ejercen de políticos más que cuando hay que votar algo, y la mayor parte del tiempo están en sus otras obligaciones: ganar dinero.
ResponderEliminarEsto no creo que cambie, porque ninguno, sea del partido que sea, se va a oponer a que le suban el sueldo.
Un abrazo
Lo que más mosquea de estas corruptelas, de estos choriceos descarados sabidos y permitidos, es que no tienen consecuencias, ni tan siquiera en las urnas.
ResponderEliminarSi a cualquier ciudadano en su trabajo le cogen robando, va de patitas a la calle, éstos para nada.
Abrazos.