Vistas de Madrid desde la terraza del Círculo de B. Artes. |
La boina ha vuelto. Madrid y Barcelona se la han encasquetado desde hace semanas y, mientras no cambie el tiempo, no habrá manera de que el tejido se haga más liviano. De la contaminación suelen acordarse los Gobiernos cuando la boina ennegrece sobre nuestras cabezas; cuando un reglamento exterior llama al orden o cuando es imposible ocultar que han aumentado los ingresos hospitalarios. Sin dejar de restarle valor a la responsabilidad de las autoridades en algo que afecta de manera tan severa a la salud pública hay algo que siempre me deja perpleja en el comportamiento de los españoles: el hecho de que el poder lo ostenten otros parece que nos exime de cualquier responsabilidad para remediar un problema que, en este caso, afecta, sobre todo, a los más débiles. El Ayuntamiento de Madrid pide a los ciudadanos que procuren dejar el coche en casa por unos días. El resultado ha sido notable: un 0% de descenso. Los mismos cacharros a las mismas horas. Los datos han aparecido en los periódicos y la respuesta de la ciudadanía cibernética, siempre dispuesta a la indignación, no se ha hecho esperar: "Mientras ellos minimicen el problema por qué voy a sufrir yo las consecuencias"; "no pienso dejar el coche en mi casa, eso es un parche"; "¡ja!, por una parte, se lavan las manos, por la otra, nos piden que lo arreglemos nosotros".
¡Un 0%! ¿Cómo es posible que no nos sonrojemos (un poco)? Alguna vez le he leído al politólogo Fernando Vallespín que una de las condiciones para que la democracia funcione es que tenga ciudadanos a la altura de un sistema que nos plantea deberes que habrían de cumplirse voluntariamente.
La manera de demostrarle a las autoridades que la contaminación es un asunto que preocupa es, precisamente, siendo activo en rebajarla. Y cuando se marche esa boina, no olvidarse del asunto. Dar la matraca. Otro deber. Artículo de Elvira Lindo titulado “cero” publicado en El País el 9 de febrero de 2011.
Totalmente de acuerdo sra. Lindo
ResponderEliminar¿Es la boina la que aparece en tu foto?
Ayer estuve en el centro. Quería aprovechar para ver algo, pero a los diez minutos de estar en la calle comencé a estornudar y me picaban los ojos.
ResponderEliminarA mediados de diciembre subí a la azoteza del CBA, tenían Consequences, expo que va sobre como dañamos el medio ambiente. Lo ilustré con la boina de contaminación, en lugar de hacerlo con fotos de la propia exposición precisamente por eso, porque muchas veces sólo nos fijamos en bosques y ciudades lejanas, cuando lo tenemos encima.
A ver si llueve y hace viento para que se quite un poco, porque comienza a ser alarmante.
Un abrazo
A-B-C Esta foto tiene su tiempo. Pero si, también tenía su boina. Lo de la contaminación en Madrid no es algo nuevo, se ha sufrido en muchas ocasiones, lo que ocurre es que ahora si es noticia, ahora toca, mañana se olvidan y pasamos a otro tema. Recuerdo cuando eran noticia las mordeduras de los perros, todos los días teníamos en radio y televisión dos o tres casos de humanos, pequeños y mayores, atacados por perros. Ahora los perros parece que no muerden.
ResponderEliminarAbrazos.
Paco este fin de semana parece que dan lluvia y para el martes, miércoles incluso nieve por encima de los 500 ó 600 metros.
ResponderEliminarAbrazos.
Cuando estudiaba Físicas le llamaban "esmog" (humo + niebla) formado por los dióxidos de azufre y nitrógeno y monóxido de carbono, y ya ha llovido desde aquello. Todos los años, y especialmente por estas fechas, por las condiciones anticiclónicas, se manifiesta con todo su esplendor venenoso.
ResponderEliminarMe gusta más el nombre castellano, la boina. Que es lo que llevan en la cabeza algunos de nuestros políticos. Dicho esto con todos los respetos a los que usan esta prenda.
Saludos.