lunes, 7 de febrero de 2011

La bella acción



Una vez me encontré una maleta que contenía un tesoro en dinero. En ella se indicaba quién era su dueño y domicilio.
Como era una de esas personas corruptas con las que el país sufre, decidí no devolvérselo. Lo puse en secreto en el patio de un hombre pobre que era amigo nuestro y se le conocía por su piedad. No tenía duda de que él lo gastaría por la causa de Dios. Luego me enteré de que se lo había devuelto a su dueño, renunciando a su derecho legal sobre él.
Lo sentí y me entristecí. Después, nuestro pobre y piadoso amigo murió. Me apresuré a lavarlo, a amortajarlo, a llevarlo a la mezquita y a rezar por él. Cuando los rezos terminaron, vi entre los asistentes, detrás del féretro, al hombre rico y corrupto llorando amargamente. Conmovido, dije:
-Gloria a Ti, Poseedor de la Soberanía. Tú sabes lo que nosotros no conocemos. Quizás el despertar venga con Tu permiso de donde nadie conozca.

Extraído de “Diálogos del atardecer” de Naguib Mahfuz –Premio Nobel de Literatura en el 1988.

1 comentario:

  1. Todo es y todo está... aunque nuestros limitados sentidos no lo sepan ver...

    ...y bello paisaje... sé que has usado filtro degradado, algo que ahora no está muy en uso.... es tan agradable...
    Un abrazo

    Ah, para mi un árbol es un ser vivo, tan rico que no veo que sólo de leña, que también -y yo la he usado cuando estaba en el pueblo-, sino que nos aporta mucho más: frutos, sombra, agua, paz, energía positiva, aromas, caucho,... y sobre todo a mi me aportan la visión del milagro constante de la vida.
    Más abrazos ;)))

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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
Te doy las gracias por opinar y participar. Saludos.