“La cámara fotográfica es para mí un cuaderno de bocetos, el instrumento de la intuición y de la espontaneidad, la controladora del instante que, en términos visuales, cuestiona y decide a la vez. Para significar el mundo es necesario sentirse implicado en lo que se encuadra a través del visor.
Esta actitud exige concentración, sensibilidad y sentido de la geometría, Es a través de una economía de medios y sobre todo del olvido de uno mismo con lo que se llega a la simplicidad de la expresión.
Fotografiar es retener la respiración cuando todas nuestras facultades convergen para captar la realidad que se escapa. Es entonces cuando la captura de una imagen produce una gran alegría física e intelectual.
Fotografiar es al mismo tiempo y en una fracción de segundo reconocer un hecho y la organización rigurosa de formas percibidas visualmente que expresan y significan este hecho. Es poner en la misma línea de mira la cabeza, el ojo y el corazón. Es una manera de vivir.” Cartir-Bresson. Recogido en La visión fotográfica de Eduardo Momeñe.
Esta actitud exige concentración, sensibilidad y sentido de la geometría, Es a través de una economía de medios y sobre todo del olvido de uno mismo con lo que se llega a la simplicidad de la expresión.
Fotografiar es retener la respiración cuando todas nuestras facultades convergen para captar la realidad que se escapa. Es entonces cuando la captura de una imagen produce una gran alegría física e intelectual.
Fotografiar es al mismo tiempo y en una fracción de segundo reconocer un hecho y la organización rigurosa de formas percibidas visualmente que expresan y significan este hecho. Es poner en la misma línea de mira la cabeza, el ojo y el corazón. Es una manera de vivir.” Cartir-Bresson. Recogido en La visión fotográfica de Eduardo Momeñe.