Foto: Mercadillo Las Dalias. Ibiza
Sigue de la entrada anterior....A ésos que les den por saco. Y me quedo corto. Que se vayan a la mierda esos burgueses que se las dan de socialistas, esos que lo quieren todo: su abono para el concierto en el Châtelet y que se salve a los pobres de la miseria, tomar el té en Mariage y la igualdad para todos los hombres, sus vacaciones en la Toscana y que desaparezcan de las aceras los aguijones de su culpabilidad, pagar en negro a la asistenta y que todo el mundo escuche sus discursos de defensores altruistas. ¡El Estado, El Estado! ¡Es un pueblo analfabeto aquel que adora el rey y sólo acusa a los malos ministros corruptos de todos los males que lo aquejan; el Padrino que les dice a sus esbirros: “Ese hombre no tiene buena cara”, y no quiere saber que lo que acaba de ordenar así con medias palabras, es su ejecución; el hijo o la hija vejados que insultan a la trabajadora social porque pide cuentas a los padres indignos! ¡El Estado! ¡El Estado, qué buen pretexto cuando se trata de acusar a otro antes que a uno mismo!... sigue en la próxima entrada.
Muriel Barbery. Rapsodia Gourmet. Editorial Seix Barral.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
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