La realidad impone su pesada presencia no sólo en el aburrimiento, sino también en el miedo. Todos somos vulnerables al dolor y a la muerte, pero por si ésta fuera poca servidumbre, otorgamos a la realidad poderes tiránicos, que nos mantienen en permanente angustia. Puestos a inventar, inventamos hasta nuestros fantasmas. Una cierta vocación de esclavitud nos somete a dictaduras que nosotros mismos hemos creado.
José Antonio Marina. Elogio y refutación del ingenio. Premio Anagrama de ensayo.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
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