martes, 9 de octubre de 2012

El mar



Desde mi casa no se ve el mar, pero en los días de fuerte nordeste, cuando el viento más amado de mi ciudad azota la playa y las gaviotas chillan sin descanso, puedes oler el Atlántico dentro de las habitaciones. Es una sensación tan hermosa como oír la risa de un niño. Extraído de “El corrector” de Ricardo Menéndez Salmón.

1 comentario:

  1. Sin querer borré tu comentario, lo siento mucho, si quieres puedes ponerlo otra vez.
    un abrazo y que nunca pares de ser o intentar ser tú mismo!

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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
Te doy las gracias por opinar y participar. Saludos.