jueves, 16 de febrero de 2012

Mentiras


El mentiroso o el impostor siempre me provocan un sonrojo que deriva en piedad. Como personaje ha sido uno de los más frecuentados por la ficción. Chejov llenó la suya de mentirosos, de hombres embusteros que no se atrevían a enfrentarse a la vida con la verdad por delante y terminaban engañando a la mujer, a la amante y a sí mismos. Ya no digamos el catálogo de mentirosos que abundan en el universo simenoniano. Embusteros compulsivos que necesitan creerse su mentira para que no les coma la ansiedad. El retorcido Tom Ripley, de Patricia Highsmith, construye su existencia a partir de una mentira de juventud, y, a partir de ahí, cambia de personalidad según le conviene y elimina a quien no esté dispuesto a entrar en su juego. En ese gran libro que esEl adversario, Emmanuel Carrére cuenta la vida de un hombre que, temiendo que su familia descubra la ficción que ha mantenido durante años, acaba con ellos antes de que puedan enterarse de que todo ha sido una farsa. El cine francés convirtió la historia en película, en España se hizo la interesante Vida de nadie, y el americano Spielberg rodó con la historia real de otro mentiroso su magistral Atrápame si puedes, en la que el impostor tiene tanto arte falsificando vidas y cheques que se reinserta prestando su astucia al FBI.
Estas historias provocan en el espectador o lector una reacción interesante que consiste en empatizar con el mentiroso hasta el punto de justificar cualquier tropelía con tal de que el héroe se salga con la suya. Pero esa simpatía no es extensiva a la vida real. El aspecto romántico del mentiroso se esfuma. Y aunque humanamente podamos entender que un complejo no resuelto lleve a alguien a afirmar que es médico cuando no lo es, las leyes de lo real no nos permiten aceptar que siga en su cargo alguien que cree necesario mentir sobre sus méritos.

“Mentiras” Elvira Lindo. El País, 15 de febrero de 2012.

8 comentarios:

  1. Y por desgracia estamos rodeados de mentirosos. Muchos. Los hay que se ven venir a la legua. Esos no preocupan. Los peligrosos son los que te la meten doblada.

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    1. La mentira es parte del ser humano. Los políticos son especialistas en su uso.

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  2. Hace poco escuché algo muy interesante. Un hombre que realizaba una consulta psicológica le preguntó al psicólogo cómo se daría cuenta -el psicólogo- si lo que le contaba él era verdad o no. Cómo haría para diagnosticarlo, si todos sus dichos podían llegar a ser mentiras y el psicólogo le dijo que, de ser así, no había ningún problema ya que él (el consultante) era también sus mentiras. No sé.. me dejó pensando...

    Se entendió?

    Miente, miente que algo quedará! :)

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    1. Oscar Wilde en "El Retrato de Dorian Grey": ¿Os parece la falta de sinceridad algo tan terrible? Porque es simplemente un método que nos permite multiplicar nuestras identidades.

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  3. La verdad es que vivimos dentro de un mundo mentiroso.

    La foto es una alegoría, ¿verdad? porque es una mentira. No me refiero a la cita, ni la máquina de escribir, sino a la cita dentro de la máquina de escribir ;)

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    1. Tu lo has dicho, la foto es una cita dentro de una máquina de escribir. Así de simple. Si la "foto" imagen digital fuera mentira ¿cómo has podido verla?.

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  4. Yo no soporto la mentira, creo que ni la piadosa tiene justificación. Si para evitar herirme no quieres decirme la verdad de lo que piensas, calla y no hieras, pero no me mientas, no me digas una cosa por otra, no sueltes lo que crees que quiero oír, ni intentes camelarme con cosas que sabes, de sobra, que no son así... no insultes mi inteligencia, la poquita que me queda.
    Cuán cierta es la cita de Nietzsche.
    Un abrazo Sebas. Ani

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    1. Sólo pido verdad de las personas que quiero. Yo procuro corresponderles de la misma manera. Sin esa confianza, sin esa lealtad, no queda nada. Todo es discutible, la mentira no tiene justificación.

      Besos Ana.

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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
Te doy las gracias por opinar y participar. Saludos.