La libertad no es una filosofía y ni si quiera es una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos, a pronunciar dos monosílabos: Sí o No. En su brevedad instantánea, como a la luz del relámpago, se dibuja el signo contradictorio de la naturaleza humana. Octavio Paz, La otra voz.
Grandísima fotografía, composición, velocidad...muy bien elegido el momento del disparo. Preciosa instantánea.
ResponderEliminarGenial.
ResponderEliminarEres todo un artista!
ResponderEliminarFelicidades por esta gran foto.
Saludos.
Cada vez me asombra más tu capacidad de capturar el instante, el momento, la conexión-ojo-alma-objetivo...
ResponderEliminarme han encantado también las fotos de tu viaje.
un abrazo desde el caluroso sur.
Impresionante, nunca había vista a gorrioncillos comiendo de una mano humana. Sabias palabras acompañadas de una hermosa imagen.
ResponderEliminarSaludos,
Generalmente con tus fotos tratas de contar algo, de transmitir emociones, generalmente...lo logras. felicidades.
ResponderEliminarMerce, Campurriana, Expecty, Azucena, Amaya y Velarde, gracias.
ResponderEliminarLa foto está hecha a pocos metros de las puertas de Notre-Dame, se pueden ver desenfocadas al fondo. Efectivamente es curiosa la osadía de los gorriones. En París los he visto meterse dentro de cafeterías o restaurantes para comer las migas de pan depositadas en los manteles y las mesas, con toda la tranquilidad, la presencia de humanos no les importaba. Algunos parisinos ni se percataban, ya deben de estar acostumbrados, sólo a los turistas nos llamaba la atención.
Abrazos para todos.
¡Hola Sebastián! He encontrado tu blog en la red y quiero felicitarte por él. Tus fotografías son impresionantes y en general es muy ameno e interesante. Yo también tengo un blog en el que pongo fotos (aunque no de tu nivel, desde luego) y escribo poesías y cosillas. Te dejo la dirección por si quieres hacer alguna visita de vez en cuando. Esta es la dirección:
ResponderEliminarhttp://blogliterarioyfotografico.blogspot.com/
En fin, sigue poniendo esas magníficas fotos en tu blog que pasré a visitar a menudo.
Un saludo:
Armando
Antes de leer tu comentario te iba a decir que la puerta era la de la catedral de Notre-Dame. También lo de lo atrevidos que son los pájaros en esa plaza, por experiencia propia. No obstante, la foto es de una belleza etérea.
ResponderEliminarRespecto a las palabras, aprender a decir no también es un paso más en la madurez personal.
Saludos.