viernes, 22 de julio de 2011

El caminante


El caminante es en muchos aspectos un hombre primitivo, del mismo modo que el nómada es más primitivo que el campesino. Pero vencer el sedentarismo y despreciar las fronteras convierten a la gente de mi clase en postes indicadores del futuro. Si hubiera más personas que sintieran mi profundo desprecio por las fronteras, no habría más guerras ni bloqueos. No existe nada más odioso que las fronteras, nada más estúpido. Son como cañones, como generales: mientras reina el buen sentido, la humanidad y la paz, no nos percatamos de su existencia y sonreímos ante ellas, pero en cuanto estallan las guerras y la demencia, se convierten en importantes y sagradas. ¡Hasta qué punto significan durante los años de guerra y tortura y prisión para nosotros los caminantes! ¡Que el diablo se las lleve!

Hermann Hesse. El caminante. Editorial Bruguera. Edición de mayo del 1983.

3 comentarios:

  1. Impactante Hesse, despierta con las palabras reacciones corporales primitivas. El hermoso paraje de la imagen que acompañas ¿dónde se encuentra?

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  2. Hola Amaya. Son los jardines del hotel Moulin de Vigonac en la localidad de Brantôme en el Suroeste de Francia. Donde la palabra silencio encuentra significado. Abrazos y buen fin de semana largo.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
Te doy las gracias por opinar y participar. Saludos.