“El libro puede llegar a ser más importante que la vida. El libro enseña a las mujeres que la verdadera vida no es aquella que les hacen vivir. La verdadera vida está fuera, en ese espacio imaginario que media entre las palabras que leen y el efecto que éstas producen. La lectora se identifica totalmente en los personajes de ficción y no se resignan a cerrar el libro sin que algo haya cambiado en su propia vida. El libro se convierte en iniciación”… “los libros no son para las mujeres un objeto como otro cualquiera. Desde los albores del cristianismo hasta hoy circula entre ellos y nosotras una corriente cálida, una afinidad secreta, una relación extraña y singular, entretejida de prohibiciones, de aprobaciones, de reincorporaciones”. Laure Adler, escritora francesa, extraído de Las mujeres, que leen, son peligrosas, de Stefan Bollmann.