Ustedes. Ustedes, los mandarines de la tortura, los distribuidores del castigo, los que se cebaron en el prójimo indefenso, ¿cómo pueden soportar en el insomnio, regocijarse en el cariño de su madre?
Lo más asqueroso de su cochina memoria es su imitación de vida. Casi todos dicen ser devotos. ¿Será que acaso creen que su dios es un desalmado, un feroz, un iracundo? Puede ser.
Ustedes, los que hieren, los que fusilan, los que arrojan cadáveres al mar, los que no pueden ni con su sombra, los que dejaron la conciencia en el desierto y el futuro en el pasado, ¿son tan cobardes como para colgarse en el pecho una medalla o abrazar a sus hijos sin el menor escrúpulo?
Por favor, miren hacia arriba, atraviesen las nubes, y luego déjense caer caer caer. El suelo los espera con la muerte, no la de todos sino una más roñosa.
Lo más asqueroso de su cochina memoria es su imitación de vida. Casi todos dicen ser devotos. ¿Será que acaso creen que su dios es un desalmado, un feroz, un iracundo? Puede ser.
Ustedes, los que hieren, los que fusilan, los que arrojan cadáveres al mar, los que no pueden ni con su sombra, los que dejaron la conciencia en el desierto y el futuro en el pasado, ¿son tan cobardes como para colgarse en el pecho una medalla o abrazar a sus hijos sin el menor escrúpulo?
Por favor, miren hacia arriba, atraviesen las nubes, y luego déjense caer caer caer. El suelo los espera con la muerte, no la de todos sino una más roñosa.
Mario Benedetti ha fallecido en Motevideo a la edad de 88 años.