jueves, 7 de junio de 2012

Temo a la persona de pocas palabras...



Temo a la persona de pocas palabras.
Temo a la persona silenciosa.
Al sermoneador, lo puedo aguantar;
al charlatán, lo puedo entretener.

Pero con quien cavila
mientras el resto no deja de parlotear,
con esta persona soy cautelosa.
Temo que sea una gran persona.

Emily Dickinson “El viento comenzó a mecer la hierba”
Editorial Nórdica. Edición bilingüe.

5 comentarios:

  1. ...Desgraciadamente, amigo Sebas, no gozamos de demasiados silencios.

    Un abrazo en silencio

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  2. Una fantástica reflexión para aprender a callar, y sobre todo a escuchar.

    Saludos.

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    Respuestas
    1. Del exceso de palabras y de su mala utilización estamos sobrados.

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  3. Hay que aprender a ser mas cautos en lo que hacemos y decimos. Gracias

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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
Te doy las gracias por opinar y participar. Saludos.