Como si el mar se
retirara
y mostrara un mar
más lejos;
y ese, otro aún
más lejano;
y el tercero no
fuera sino la conjetura
de series de mares
no visitados por
las costas;
y estos mismos, el
borde de otros mares.
Esto es la
eternidad.
Emily Dickinson
“El viento comenzó a mecer la hierba”
Editorial Nórdica. Edición bilingüe.
Y mejor " la eternidad" junto a quien quieres...
ResponderEliminarQué bella entrada Sebas... cuánta conexión entre la foto y el poema. Eso sí, hay veces que la eternidad puede ser tan relativa, siempre asociada al tiempo, siempre según lo que estés haciendo y con quién, que puede llegar a ser maravillosa... o muy pesada.
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