Segunda proclama
Muy a menudo el
reto es el silencio,
el espacio
incierto que va de verso a verso,
de pregunta a
pregunta.
Quizá el que marca
el ritmo es el deseo,
pero el deseo tan
pronto somete
como libera, y
nunca concede
treguas al
sentimiento o a la esperanza.
Con la mano en
alto contra todos los vientos,
reafirmo un viejo
propósito:
no me malviviré
más allá de lo que pueda
describir
dignamente
sin temores
absurdos y manteniendo
la mirada siempre
limpia.
Miquel Martí i
Pol. “Después de todo”.
Premio
Internacional de Poesía Laureá Mela 2002
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
Te doy las gracias por opinar y participar. Saludos.