La mejor estafa es aquella en la que el estafado nunca llega a ser consciente de su condición. La estafa perfecta aun va un paso más allá, y en este caso el estafador es capaz de conseguir el agradecimiento de la víctima.
Nos amenazan con el abismo, para acto seguido rebajarnos el sueldo como única salvación posible. Nos aseguran que estamos al borde del precipicio inmediatamente antes de convencernos de que lo único que puede evitar que caigamos son los recortes. Nos advierten de que las prestaciones sociales nos van a conducir a la ruina e inmediatamente comienzan a desmantelarlas. Los derechos laborales son incompatibles con el crecimiento así que hay que eliminarlos. Nos quitan de nuestros bolsillos el dinero que hay que entregar como intereses a los especuladores y usureros. Y en medio de este naufragio hay que salvar primero a los bancos si es que queremos tener alguna opción de salvarnos todos los demás.
Finalmente entre amenazas de fin del mundo acaban por convencernos de que todos tenemos que ser más pobres para que los ricos lo sean un poco mas, que al parecer es la única forma de que el mundo siga girando.
La estafa viene de lejos, de muy lejos, tal vez nos hayan estado estafando siempre, pero ahora está llegando a su perfección. Nos recortan salarios, nos despiden, nos despojan de derechos, nos roban y nos mienten. Y están a punto de conseguir que aun les demos las gracias.— Sebastian Fernández Izquierdo. Cartas al Director. El País 30 abril 2012,
Sebas, te juro que no escribí mi última entrada (pensamiento nocturno) después de leer ésta tuya.
ResponderEliminar¿Qué decir?. Pues que TODA LA RAZÓN.
Toda la razón para ambos. Estamos muy pero que muy jorobados. Yo estoy perdiendo todo tipo de esperanza. No veo ningún motivo para la alegría... Y es todo muy triste.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo, tanto con el texto como con la imagen. Y lo peor de todo es que admitimos la estafa con resignación y algunos hasta con gusto.
ResponderEliminarIndignante.
Todo las noticias que nos llegan cada día añaden más frustración y pesimismo, es difícil acostumbrarse a esto, pasar de toda esta mierda; sin olvidarnos que ahora como antes hay personas en el mundo que se mueren de hambre, y que si es ahora cuando menos ayuda y atención se les presta. Recibo correos de Médicos Sin Fronteras alertando de situaciones, en diferentes lugares, que son dramáticas.
ResponderEliminarMe parece una definición de las más ajustadas a la realidad que vivimos.
ResponderEliminarEmpujemos hacia adelante y cuando salgamos de esta situación que no hemos creado nosotros, los que sufrimos los recortes, pidamos responsabilidades a quien la han creado, mantenido e incluso alentado: POLÍTICOS Y BANQUEROS.