El joven de 25 años al que se acusó de provocar la muerte a una niña de tres años. en Tenerife, ha vivido la peor de sus pesadillas. El pasado martes fue detenido e imputado de un delito de abuso sexual y de lesiones contra la hija de su compañera sentimental.
La niña falleció dos días después en el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, tras sufrir varias paradas cardiorrespiratorias, y a Diego se le hundió el suelo bajo los pies. Pocos dudaron de su culpabilidad y se le atribuyeron toda clase de vejaciones hacia la pequeña a la que quería y cuidaba.
Este sábado, cuatro días después de la muerte de Aitana, el juez que instruye el caso ha decretado la libertad provisional y sin fianza del acusado. Ya no hay cargos contra él. Es a todas luces inocente de la muerte de la pequeña. Pero el dolor de Diego es inmenso. Está "destrozado" por la trágica pérdida de la niña que llevaba al colegio casi a diario, y humillado porque ha sufrido un linchamiento moral del que tardará años en recuperarse.
Su abogado ha anunciado que no descarta querellarse contra los médicos que atendieron a la menor dos días antes de su muerte. La niña había sufrido una parada cardiorrespiratoria y Diego la llevó a un centro de salud en el municipio tinerfeño de Arona. El diagnóstico apuntó directamente al joven al hallarse evidencias de maltrato y abuso sexual en el cuerpo de Aitana. Pero no era nada de eso.
La pequeña se había caído de un columpio el sábado anterior, dándose un fuerte golpe en la cabeza que le provocó lesiones internas. Así consta en el auto judicial emitido por el titular del Juzgado de Primera Instancia número 7 de Arona, Nelson Díaz Frías. "El informe médico forense indica que la causa principal del fallecimiento es una caída, presumiblemente accidental, de una antigüedad de unos cinco o seis días, lo que vendría a confirmar la versión dada por el imputado, según la cual la menor sufrió una caída accidental" de un columpio.
Según un fragmento del informe forense recogido en el auto, "no se observan lesiones traumáticas a nivel genital ni anal sugestivas de agresión sexual", por lo que "no existe indicio alguno que permita afirmar, y ni siquiera sospechar, que la menor fallecida hubiese sufrido agresión sexual alguna".
Ni siquiera las supuestas quemaduras que presentaba la menor eran tales. "Estas lesiones observadas macroscópicamente no tienen las características esperadas en una quemadura, y no son compatibles con los mecanismos de llama, cigarrillos o secador de pelo". En lugar de eso, los médicos forenses barajan "un cuadro alérgico (por ejemplo una crema), etc.".
De repente, el 'monstruo de Tenerife', ese repentino desalmado que presuntamente había maltratado y violado a la hija indefensa de su pareja, no daba miedo ni a una niña de tres años. Según recoge el auto judicial, Aitana "era una niña alegre y nada retraída, manifestando asimismo la profesora de la pequeña que ésta no mostraba rechazo alguno por la figura del compañero sentimental de su madre y que él acudía frecuentemente a llevar a la niña al colegio".
La propia Aitana "había dicho con sus propias palabras que se había caído de un columpio, corroborando así la versión dada por el imputado acerca de la caída accidental sufrida por la niña". Según el auto judicial, se lo había contado a su profesora y a su madre, que además de avalar la versión de Diego "no guarda ningún tipo de sentimiento de duda o de rencor por lo sucedido hacia la persona del imputado". Debía de ser una de las pocas que creían en la inocencia del joven. Información del periódico El Mundo. 28 noviembre 2009.
La niña falleció dos días después en el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, tras sufrir varias paradas cardiorrespiratorias, y a Diego se le hundió el suelo bajo los pies. Pocos dudaron de su culpabilidad y se le atribuyeron toda clase de vejaciones hacia la pequeña a la que quería y cuidaba.
Este sábado, cuatro días después de la muerte de Aitana, el juez que instruye el caso ha decretado la libertad provisional y sin fianza del acusado. Ya no hay cargos contra él. Es a todas luces inocente de la muerte de la pequeña. Pero el dolor de Diego es inmenso. Está "destrozado" por la trágica pérdida de la niña que llevaba al colegio casi a diario, y humillado porque ha sufrido un linchamiento moral del que tardará años en recuperarse.
Su abogado ha anunciado que no descarta querellarse contra los médicos que atendieron a la menor dos días antes de su muerte. La niña había sufrido una parada cardiorrespiratoria y Diego la llevó a un centro de salud en el municipio tinerfeño de Arona. El diagnóstico apuntó directamente al joven al hallarse evidencias de maltrato y abuso sexual en el cuerpo de Aitana. Pero no era nada de eso.
La pequeña se había caído de un columpio el sábado anterior, dándose un fuerte golpe en la cabeza que le provocó lesiones internas. Así consta en el auto judicial emitido por el titular del Juzgado de Primera Instancia número 7 de Arona, Nelson Díaz Frías. "El informe médico forense indica que la causa principal del fallecimiento es una caída, presumiblemente accidental, de una antigüedad de unos cinco o seis días, lo que vendría a confirmar la versión dada por el imputado, según la cual la menor sufrió una caída accidental" de un columpio.
Según un fragmento del informe forense recogido en el auto, "no se observan lesiones traumáticas a nivel genital ni anal sugestivas de agresión sexual", por lo que "no existe indicio alguno que permita afirmar, y ni siquiera sospechar, que la menor fallecida hubiese sufrido agresión sexual alguna".
Ni siquiera las supuestas quemaduras que presentaba la menor eran tales. "Estas lesiones observadas macroscópicamente no tienen las características esperadas en una quemadura, y no son compatibles con los mecanismos de llama, cigarrillos o secador de pelo". En lugar de eso, los médicos forenses barajan "un cuadro alérgico (por ejemplo una crema), etc.".
De repente, el 'monstruo de Tenerife', ese repentino desalmado que presuntamente había maltratado y violado a la hija indefensa de su pareja, no daba miedo ni a una niña de tres años. Según recoge el auto judicial, Aitana "era una niña alegre y nada retraída, manifestando asimismo la profesora de la pequeña que ésta no mostraba rechazo alguno por la figura del compañero sentimental de su madre y que él acudía frecuentemente a llevar a la niña al colegio".
La propia Aitana "había dicho con sus propias palabras que se había caído de un columpio, corroborando así la versión dada por el imputado acerca de la caída accidental sufrida por la niña". Según el auto judicial, se lo había contado a su profesora y a su madre, que además de avalar la versión de Diego "no guarda ningún tipo de sentimiento de duda o de rencor por lo sucedido hacia la persona del imputado". Debía de ser una de las pocas que creían en la inocencia del joven. Información del periódico El Mundo. 28 noviembre 2009.
¿Y ahora qué? ¿Quién repara el sufrimiento y la humillación de esta persona? ¿Qué credibilidad podemos darle a los medios de comunicación, prensa, radio y televisión, que corren a dar una noticia sin tener la seguridad de que sea cierta? S.N.M.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
Te doy las gracias por opinar y participar. Saludos.