viernes, 18 de noviembre de 2011
Un perro que ladra y una vaca que hace muuuu
Instrucciones para irte de vacaciones.
Todo lo demás sólo es paisaje.
Buscar en Google un hotel rural de cuatro estrellas,
una casa perdida en las montañas,
un caserón antiguo del siglo XIX con la fachada de color azul,
con vistas, con balcones de madera,
con un perro que ladra y una vaca que hace muuuu.
Llamas por teléfono
reservas una habitación individual para tres noches,
270 euros sin incluir el desayuno,
das tu número de tarjeta de crédito, das las gracias,
preparas tu equipaje,
camisetas, calcetines, libros, ordenador portátil, pomada para la dermatitis,
adiós querida y que te vaya bien,
coges un tren, un autobús, un taxi,
llegas al hotel rural y compruebas que efectivamente
tiene cuatro estrellas y una fachada de color azul,
con vistas, con balcones de madera,
con un perro que ladra y una vaca que hace muuuu.
Todo ha sido restaurado, limpiado, pulido, abrillantado,
hay sensores de movimiento en cada tramo de escalera,
hay ascensores, hay hilo musical.
La chica de la recepción se llama Carmen.
Tu habitación es perfecta,
sábanas blancas, toallas blancas, chocolatinas,
todo es suave y huele bien.
El salón es enorme, los techos altos,
hay tapices y muebles antiguos y baldosas y sillones y un espejo,
también hay wifi, claro, imprescindible,
sin wifi prefieres no venir de vacaciones, no existir,
no sentarte en los sillones,
no desayunar cruasanes y café y pan con mantequilla.
El armario perteneció a los antiguos propietarios y las lámparas también.
Podrías vivir aquí durante años.
Te haces amigo de las vacas y de las señoras viudas ya mayores
que salen a pasear por las montañas,
comes forraje y manzanas rojas,
muchas verduras, alcachofas, coliflor,
no ves la tele porque estás muy ocupado
haciendo pan, cortando leña, buscando una vara en que apoyarse,
bebes el agua directamente de los ríos,
te acostumbras a andar despacio
y a toser mientras intentas encender otro cigarrillo,
arreglas las goteras del tejado, riegas el jardín,
pintas de negro Titanlux las rejas de la puerta y las ventanas
y por las tardes te conectas a internet para actualizar tu blog
y bajar algo de porno
y te sientes feliz y natural
como un perro que ladra y una vaca que hace muuuu.
Extraído de “Alguien que sea yo” de Manuel del Barrio Donaire (Úbeda, 1977). Editorial Huacanamo. Edición octubre 2011.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
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