Hacerse un hombre
Un hombre con reloj y alianza y corbata rosa
en ligero contraste con el traje,
un hombre que dice “por favor” o “adelante, siéntese”,
un hombre que compra el periódico todas las mañanas
y llama a su mujer a medio día
“cariño”, “amor” o “cielo”, “llegaré tarde”,
un hombre que dice “tengo una reunión” o “no estoy para nadie”,
un hombre que camina sin mirar al suelo
y va bien afeitado y tiene las uñas siempre limpias,
un hombre que sabe fechas, cosas,
un hombre que sabe cómo se llama el ministro de economía
y el de cultura y la vicepresidenta del gobierno,
que sabe decir esto ocurrió aquí, tal día, en el siglo XII,
un hombre que discute acerca del tardomodernismo
o de la escasez de plazas de aparcamiento que hay en el barrio, joder,
mientras se como un donut,
un hombre que pone el despertador todas las noches
antes de follar con su mujer, a la que llama a medio día
“cariño”, “amor” o “cielo”, “llegaré tarde”,
un hombre que planifica las vacaciones,
que argumenta, que contrasta, que valora, que regulariza.
Un hombre que nunca llega tarde a ningún sitio.
Extraído de “Alguien que sea yo” de Manuel del Barrio Donaire (Úbeda, 1977). Editorial Huacanamo. Edición octubre 2011.
Os recomiendo este libro, inteligente, diferente y muy divertido.
Curioso. Sí.
ResponderEliminarPues sí... creo que lo voy a leer, parece que engloba a un gran porcentaje de la población de hoy en día... triste... muy triste.
ResponderEliminarGracias por el consejo.
Yeeeiip¡!
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