Malditas palabras, esas que nos confunden y nos engañan. Esas que están llenas de eufemismos. Esas que llaman “tercer mundo” a las regiones del mundo donde sus habitantes mueren de hambre y enfermedades antes de que sepan caminar. Esas que llaman “fondos de ayuda al desarrollo, FAD” a las ayudas económicas, que países como el nuestro, utilizan para tratar de acallar sus conciencias, y tal vez también las nuestras. Esos mismos fondos que han servido para sufragar en parte (300.000 euros de los casi 20 millones del coste total) la obra del artista Barceló en una cúpula de la sede de la ONU en Ginebra. Gasto que ante el escándalo ha quedado justificado por nuestros gobernantes con estas palabras: “esta obra de arte es una contribución a la promoción de los derechos humanos y el multilateralismo “.
Por desgracia el hambre, la miseria y la injusticia están llenas de verdades, de tristes verdades, las que nosotros tratamos de tapar con las mentiras de las palabras. Sebastián Navarrete Molina. 12 de noviembre de 2008.
Por desgracia el hambre, la miseria y la injusticia están llenas de verdades, de tristes verdades, las que nosotros tratamos de tapar con las mentiras de las palabras. Sebastián Navarrete Molina. 12 de noviembre de 2008.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
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