No existe lo que llamamos realidad objetiva o "mundo real". No existen los absolutos. El rostro de tu peor enemigo puede ser el de mi mejor amigo. Algo que parece una tragedia para alguien puede contener la semilla de una magnífica oportunidad para otro. Lo que separa de veras a las personas alegres y optimistas de las sumidas en la desdicha es la forma de interpretar y procesar las circunstancias de la vida.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
Te doy las gracias por opinar y participar. Saludos.