El ser humano es el único animal que puede obsesionarse con el sexo, porque las hembras pueden mantener relaciones sexuales fuera del período fértil y porque la imaginación se convierte en sustituto del estímulo. El resto de los animales no se pueden permitir este exceso. Si estuvieran ocupadas con el sexo durante todo el año serían presa fácil para sus predadores. Para ellos es más seguro concentrar toda la función procreadora en un período corto de tiempo. José Antonio Marina. Aprender a convivir.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
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