Dichoso aquel que pasó por los tormentos,
las tempestades y pasiones de una vida agitada,
como una rosa que florece sin conciencia,
más leve que una sombra flotando sobre el agua.
Así fue tu vida, ajena a la aflicción,
como un sueño frágil, dulce y tierno:
despertaste…sonreíste…y ligero
regresaste a tu sueño interrumpido
Anna Ajmátova
Extraído de la antología poética “El canto y la ceniza”
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
Te doy las gracias por opinar y participar. Saludos.