lunes, 7 de enero de 2019

Para Henar, te regalo un cuento.



Un chico partió de su casa para estudiar con un reputado maestro. Cuando conoció al viejo sabio, le preguntó:"¿Cuánto tardaré en ser tan sabio como tú?" La respuesta no se hizo esperar: "Cinco años." "Eso es mucho tiempo", replicó el muchacho. "¿Y si trabajo el doble?" "Entonces tardarás diez", contestó el maestro, a lo que el muchacho protestó: "Eso es demasiado tiempo. ¿Y si estudio también por las noches?" "Quince años", dijo el sabio. "No lo comprendo", replicó el chico. "Cada vez que prometo dedicar más energías, tú me dices que tardaré más en lograr mi objetivo. ¿Por qué?" "La respuesta es muy sencilla. Si tienes un ojo puesto en el destino que esperas alcanzar, sólo te queda otro para que te guíe en el viaje.
Quienes usan el tiempo sabiamente desde una edad temprana tienen la recompensa de una vida rica y productiva. Quienes jamás han conocido el principio de que "dominar el tiempo es dominar la vida" nunca llegarán a ser conscientes de su enorme potencial humano. El tiempo todo lo iguala. Tanto el rico como el desposeído, tanto el que vive en Texas como el que vive en Tokio, todos disponemos de los mismos días de veinticuatro horas. Lo que distingue a quienes viven una vida de excepción es el modo en que emplean el tiempo.

"El monje que vendió su ferrari" Robin S. Sharma.



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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
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