Aunque presentía lo que me iba a encontrar, leí algunos
comentarios de lectores en el digital de este periódico a cuenta del acuerdo
económico al que han llegado la camarera de un hotel neoyorkino y Dominique
Strauss-Khan. Estas son algunas de las perlas que encontré:
“Por favor, viólame Strauss, soy tan débil…”. “Caso claro
de un putón verbenero más fea que Picio y un picha floja descerebrado pero con
pasta”. “Dominique… cuando te dé por violar a alguien, por favor, que sea un
poquito más presentable… esta es más fea que un tiro de mierda. Tío ya te
vale”. “Y ahora a gozar de los millones esta negrota Naffisatou”. “Ahora al
menos se la ve contenta, igual de violada, con el honor igual de mancillado,
pero con una pasta. Y a vivir que son dos días”. “Joer, el tocatetas más
rentable de la historia… quién le iba a decir que con esa cara iba a ganar
tanta pasta”. “¿Los negros siempre buscan justicia?”. “Le ha salido caro el
polvo”. “Cualquiera se fía de esa rata, seguro que ni la violó”. “Al final pasa
que a esta tía, menuda trepa, que la violaran es una de las mejores cosas, o
quizá la mejor, que le ha pasado en la vida. Tremendo”.
Solo he reproducido unos cuantos ejemplos, había otros
todavía más vergonzosos y no he querido reproducirlos. De cualquier manera, tal
vez sigan ahí, para uso y disfrute de quien quiera leerlos. O para el vómito.
Se pasa una la vida cuidando cada palabra que escribe, tratando de no ofender
gratuitamente y de ser ecuánime, buscando las mil maneras para no ser
malinterpretada y, de pronto, irrumpe un pueblo soberano que no está sujeto a
las mismas normas de educación y autocontrol que yo.
Aún peor, te pasas la vida luchando contra ese resistente
muro de la misoginia o del desprecio y te encuentras con esta basura publicada
en aras de la “participación”. No sé quién leerá esto, pero no hay derecho.
Elvira Lindo. El País 12/12/2012.
La gente, desgraciadamente, escupe lo que piensa.
ResponderEliminarUna lástima. Parezco ya una abuelita hablando pero sí creo que se han perdido muchas cosas. El otro día pensaba lo mismo en el metro cuando nadie se levantaba para ceder el sitio a mamás con bebés en brazos, mayores con bolsas, etc.
Muy triste.
Nada cambia generación tras generación. El ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor, todos tenemos dentro de nosotros maldad y bondad, por suerte gana la bondad sobre la maldad, esa creo que es la explicación de que todos ahora podamos estar aquí. Cuando la maldad triunfe el ser humano desaparecerá.
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