Madrid, abril 2015. Foto Sebas Navarrete |
La otra noche, me cuenta
Alejandra Adoum, la madre de Aliana se estaba preparando para salir. Aliana la
miraba, mientras la madre, sentada ante el espejo, se pintaba los labios, se
dibujaba las cejas y se empolvaba la cara. Después la madre se probo un
vestido, y otro, y se puso un collar de coral negro, y una peineta en el pelo,
y toda ella irradiaba una luz limpia y perfumada. Aliana no le quitaba los ojos
de encima.
-Cómo me gustaría tener tu edad
–dijo Alina.
-En cambio, yo… -sonrió la
madre-, yo daría cualquier cosa por tener cuatro años, como tú.
Aquella noche, al regreso, la
madre la encontró despierta. Aliana se abrazó fuerte a sus piernas.
-Me das mucha pena, mamá– dijo,
sollozando.
Eduardo Galeano, El libro de
los abrazos.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
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