Si hubiera más
personas que sintieran mi profundo desprecio por las fronteras, no habría más
guerras ni bloqueos, nada más estúpido. Son como cañones, como generales:
mientras reina el buen sentido, la humanidad y la paz, no nos percatamos de su
existencia y sonreímos ante ellas, pero en cuanto estallan la guerra y la
demencia, se convierten en importantes y sagradas. “El caminante” Hermann
Hesse.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
Te doy las gracias por opinar y participar. Saludos.