Después de recibir el premio Pulitzer a la mejor
fotografía del año 1993, Kevin Carter participó en decenas de mesas redondas,
conferencias, encuentros y debates. Durante meses recorrió el mundo huyendo de
su destino y soportando una sola pregunta:
¿Qué fue del niño?
El buitre negro aguarda impaciente el desenlace.
Conoce su papel en el ciclo y no se inmuta cuando el fotógrafo encuadra. La
estampa del niño estremece, la del buitre aterra. La composición es clásica y
los elementos trazan una diagonal que facilita la lectura de la imagen. Forma y
continente en estado de revista.
Carter se repitió la misma pregunta millones de
veces, tantas que no pudo soportar la presión y acabó suicidándose. Fue juzgado
por miles de conciencias decentes, escrupulosas y limpias de pecado. En cada
mirada vio una sentencia; en cada gesto una amenaza.
La postura del niño negro hiere la sensibilidad del
ausente. Parece sentir vergüenza de su destino y esconde el rostro para que
nadie le acuse de no defenderse. Ofrece su cuerpo en sacrificio, rendido ya,
impotente. La tripa hinchada y la cabeza desproporcionada. Los ojos se adivinan
hundidos, enormes, tristes.
Carter arrastró su culpa, también la mía y la tuya,
la nuestra y la vuestra. Carter cargó con las culpas de todos los culpables. No
supo o no pudo luchar contra sí mismo y se identificó con el buitre. Si hubiera
tomado el papel de niño…
El buitre espera la muerte del niño negro y la de
Carter. También tu muerte y la mía, la nuestra y la vuestra. El buitre, ya lo
dije antes, conoce su papel en el ciclo. Algunos reaccionarán matando buitres
para evitar la estupidez humana.
Querido Kevin: Sabiéndonos buitre, nos manifestamos
niños. Cuando conocí la noticia de tu suicidio pensé en los que te preguntaron,
en los héroes de retaguardia dotados de verborrea y camuflados en corbatas
estampadas. Si yo hubiese tenido la cámara en las manos también habría
disparado. Extraído de “El documento fotográfico. Historia, usos,
aplicaciones” de Juan Miguel Sánchez
Vigil, editorial Trea.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
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