En
el verano de 1869 Gustave Courbet viajó de nuevo a Normandía. En poco más de un
mes realizó veinte marinas, de las cuales expuso dos de mayor formato en el Salón
de París celebrado en el año 1870. Las composiciones de Courbet representan el
paisaje adusto en toda su vastedad: la playa de guijarros vacía de gente se
encuentra en primera linea, detrás puede contemplarse el famoso acantilado de Étretat,
con su característico color alabastro y la vegetación trenzada.
Veinte años más
tarde, Claude Monet se esforzó, ante el mismo motivo artístico, en conseguir la
fusión atmosféica del cielo, el agua y la roca. El casi idéntico paisaje
interpretado por Monet muestra una disolución del espacio en un juego vibrante
de cambiantes reflejos de luz. El ritmo visible de los trazos del pincel
refleja este flujo luminoso y acentúa la sensación de dinamismo en la pintura paisajista
de este artista. La luz, y no el espacio, se ha convertido ahora en el motivo
principal del cuadro. Extraído de “El Impresionismo” de Martina Padberg.
Editorial H.F. Ullmann
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Étretat, Francia. Foto Sebas Navarrete |
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Étretat, Francia. Foto Sebas Navarrete |
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Étretat, Francia. Foto Sebas Navarrete |
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Étretat, Francia. Foto Sebas Navarrete |
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Étretat, Francia. Foto Sebas Navarrete |
¡Qué delicia!
ResponderEliminarSebas, supongo que no te importará que lo comparta en el saloncito con ese pensamiento que he leído hace unos "instantes"...