Llegará
un día en que cada centímetro del planeta habrá sido fotografiado o filmado. El
mundo, su física más inmediata, la del paisaje, habrá quedado completamente
expuesto. Lo que su desnudez revelará es un enigma. La exposición impúdica de
un cuerpo, incluso de uno tan enorme como la Tierra , acaso implique su pérdida de sentido.
Vale decir que la pornografía, convertida en norma, destruye cualquier
dimensión topográfica que pudiera poseer y se convierte sólo en visión
panóptica: sin dentro, sin recodos, sin misterios. Al contrario, el efecto de
una desnudez tan rotunda es enervante. Al fin y al cabo, es cierto que la
fascinación por la desnudez es una prebenda de las razas vestidas. También
arrancarle los velos a todo paisaje, hacer de la orografía una ciencia exacta
del mirar, encerrar la presencia del clima y el agua en simulacros técnicos,
quizá obligue a una consideración apática, desprovista de lujuria, de la
naturaleza.
Extraído de la novela de Ricardo Menéndez Salmón “Medusa” Editorial
Seix Barral. Primera edición septiembre 2012.
Pero siempre habrá algún genio que tendrá el don de vestir con su punto de vista ese paisaje, y será capaz de ensimismarnos en su contemplación.
ResponderEliminarSaludos.