La naturaleza está ahí, sola esperando que la revelen, corazones que la sientan. Desde sus montes o sus llanos, desde sus bosques o sus praderas, la naturaleza es en principio una expectativa, una oquedad para ser llenada, una propuesta para el augurio.
Es tan antigua como el universo, aunque sea apenas un trocito de esa inmensidad. En la naturaleza surge y se levanta la vida. Aun en pleno desierto, crea oasis. Tan sólo somos libres cuando encontramos nuestro oasis.
Como dejó escrito uno de los heterónimos de Pesoa, “el único sentido oculto de las cosas es no tener sentido oculto”. Pues bien, la naturaleza no tiene sentido oculto. Preexiste y existe a la vista de todos.
Cada sobreviviente es una humilde rebanada de la naturaleza. O sea que vos sos naturaleza. Y yo también, por suerte yo también. Mario Benedetti. Vivir adrede.