martes, 20 de enero de 2009

Dios.

Hay un aspecto esencialmente contradictorio en la predicación de cualquier iglesia que pregone el nombre de Dios. Aparte de que Dios es un concepto polisémico, Dios no es un asunto público; Dios es un asunto íntimo. La epidemia de considerar a Dios como un asunto público es la que ha conducido a todos los obscenos fanatismos religiosos de la historia. Desgraciadamente, ya digo, todavía hoy la iglesia católica insiste en atacar una laicidad que pretende excluir a Dios de la esfera pública, pues según ella existe una “ley de Dios” que coincide con una supuesta “ley natural”, la cual debe ser tenida en cuenta para que no se autoricen leyes “contra natura” sobre temas como el aborto, la contracepción, el divorcio, la investigación con células madre, la homosexualidad, la eutanasia, etc. Es la voz oficial de quienes defienden una cierta vuelta de la religión a la esfera pública, tratando de luchar por lo que algunos sociólogos han llamado la des-secularización del mundo. Salvador Pániker. Asimetrías