Foto Sebas Navarrete |
Lo que poseemos nos posee. Me explico. Un día, un sabio budista le decía a discípulo “¿Qué es lo que más te gusta de esta habitación? “El avispado alumno señaló una estupenda copa de oro y marfil que debía costar mucho dinero. “Bueno, cógela” dijo el sabio, y el muchacho, sin esperar a que se lo dijeran dos veces, agarró firmemente la joyita con la mano derecha. “No se te ocurra soltarla, ¿eh?”, observó el maestro con cierta guasa; y después añadió: “¿Y no hay ninguna otra cosa que te guste también?” El discípulo reconoció que la bolsa llena de dinero que estaba sobre la mesa tampoco le producía repugnancia. “Pues nada, ¡a por ella!”, le animó el otro. Y el chico empuñó fervorosamente la bolsa en su mano izquierda. “Y ahora ¿que?, preguntó al maestro con cierto nerviosismo. Y el sabio repuso: “Ahora ¡ráscate!” No había manera, claro. Lo que tenemos muy agarrado nos agarra también a su modo. -Fernando Sabater-. Ética para Amador.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
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