lunes, 16 de marzo de 2020

Acomodándose a aquella rutina recién estrenada.




Era fácil, y gustoso, ir acomodándose a aquella rutina recién estrenada, que algo tenía ya de sedante, pero que aún desconocía la súbita pesadumbre del tedio o las punzadas de nostalgia por las vidas futuras que ya nunca habrían de ser vividas. Esa era, pues, la felicidad. Ese era todo su secreto.

Lluvia fina de Luis Landero.

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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
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