miércoles, 4 de enero de 2017

Que te alabe el enemigo sólo habla mal de ti



"En un mundo que no fuera éste, recordaríamos que la diferencia entre la moral y las matemáticas es que, en la primera, el orden de los factores sí que altera el producto; pero aquí y ahora hemos dado por bueno que nuestra realidad se divide en dos: a un lado los que suman ceros a la derecha y al otro los que son ceros a la izquierda. Unos son muy pocos y el resto casi todos, pero aun así lo seguimos llamando democracia, algo no tan raro en una época gobernada desde las alturas y con un sentido feudal del poder, que está en manos de una oligarquía cuyo fin es que sus despensas estén llenas a cambio de que, para millones de personas, el hambre sea el pan nuestro de cada día y que muchos vivan a oscuras o pasen frío para que el jefe de la compañía hidroeléctrica pueda cobrar cuarenta y cinco mil euros diarios. La socialdemocracia ha aceptado eso a cambio de las sobras del banquete, y sus antiguos rivales la tratan con condescendencia, una vez que se ha librado de banderas rojas y sindicalistas rebeldes. Puede que ni en esta España de gestoras y barones ni en el resto de Europa se hayan dado cuenta, o que les dé igual, pero deberían saber que lo que les están dando a beber no es una medicina, sino un veneno: que te alabe el enemigo sólo habla mal de ti." Aquí el artículo completo de Benjamín Prado.

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