En
Roma, sobre las mesas de los banquetes se disponían estatuillas que bailaban
como títeres al ser sacudidos, conocidos como “el fantasma del banquete”
–larvae convivalis- se utilizaban como recordatorio de la condición mortal
humana, no para amargar el convite, sino precisamente para acrecentar la
sensación de placer y disfrutar del momento, dada la fugacidad de la vida.
en los banquetes de los politicos y de los sacerdotes deberian de poner uno de estos haber si aterrizan y se dan cuenta que ellos noson superiores a nadie porque pronto seran un esqueleto mas es lo unico seguro que todos sin excepcion tenemos
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