Un muchacho miente a su novia y los padres de su novia al decir que ha terminado la carrera de arquitecto, cuando en realidad le quedan un par de asignaturas. Es una mentira trivial, innecesaria casi cortés, sólo por quedar bien, para que no tuvieran que escuchar nada desagradable en el ambiente amable de una reunión familiar. Su futuro suegro, arquitecto, le ofrece un empleo. A partir de ese momento toda la vida del personaje estará falseada por la mentira que no se atreve a confesar. Cualquier engaño se adueña de la vida entera. Lo difícil no es mentir, sino mantener la mentira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
Te doy las gracias por opinar y participar. Saludos.