En la adolescencia tú no quieres vida, quieres vivacidad. La paradoja es que solo se empieza a vivir cuando estás harto de la puta vida. Estar harto de la vida es lo que te da la distancia mental suficiente para decir: bueno, pues ahora a vivir. Pero para eso hay que ver la vida como lo peor que te ha pasado. Meditaciones, Ignatius Farray. Foto: playa de San Lorenzo en Gijón.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
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