En cierto modo, los bosques son como el mar, demasiado
diferentes e inmensos en cuanto a sus desafíos sensoriales, así, al final, todo
lo que podemos es captar la mera superficie o atisbar un brevísimo destello.
Ningún visor, ningún papel ni ningún lienzo pueden atraparlos. Imposible
enmarcarlos. Y las palabras son igualmente fútiles, demasiado complicadas y
manidas para poder capturar la realidad.
Fuente: “El árbol” Un ensayo sobre la naturaleza. Autor John Fowles. Editorial Impedimenta.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
Te doy las gracias por opinar y participar. Saludos.