Sebas Navarrete Molina |
En la filosofía
oriental la emoción del amor se equipara
exactamente a los movimientos rítmicos del corazón.
Los egipcios, los semitas y otras culturas
milenarias creían que el corazón era el órgano más importante porque de él
emanaba el amor, el valor, la bondad y las virtudes.
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¿Y como voy a saber lo que pienso si no lo he dicho todavía? E.M. Forster.
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